Tres consejos de Fulton Sheen para perfeccionar tus horas santas y adoraciones
A mediados del siglo XX, en la China comunista, se hizo famoso el relato del arresto de un sacerdote y la posterior profanación por los revolucionarios de las 32 formas consagradas, que esparcieron por el suelo. Una niña observó lo sucedido y decidió acudir, cada noche, a escondidas e inclinar su lengua para recibir a Jesús en comunión seguido de una hora de adoración, lo que repetiría hasta que no quedasen más hostias profanadas. Pero la última noche, tras culminar su desagravio, fue descubierta y brutalmente asesinada por uno de los guardias Aquel episodio de reparación y martirio sería años más tarde recordado por el obispo Fulton Sheen, mencionando a la pequeña como su principal inspiración a la hora de pronunciar uno de sus votos más conocidos, extensible hasta la muerte: cada día de su vida pasaría al menos una hora de adoración eucarística, lo que recomendó a los sacerdotes, religiosos y laicos con los que trataba. El teólogo y escritor Joseph Tuttle ha recogido en el ...